1. ¿Qué es la búsqueda de aprobación externa?
Para entender la búsqueda de aprobación externa, tenemos que hablar antes de las necesidades humanas.
Decía Maslow que las necesidades son el motor de nuestro comportamiento. Nos estimulan para cubrirlas y nos inducen al reposo si ya están satisfechas.
Ejemplo básico, si tu necesidad de nutrirte está cubierta, te sentirás saciada. Si no, el hambre te activará para que te muevas a buscar comida.
Primero satisfacemos las necesidades relacionadas con la supervivencia. Todas, en mayor o menor medida, precisamos nutrirnos, una guarida y un clan.
¿Y qué pasa cuando se cubren todas las necesidades primarias? Pues que surge un nivel superior que atender, el de la necesidad de reconocimiento o estima.
La necesidad de reconocimiento tiene que ver con tu modo de valorarte y apreciarte. Puedes satisfacerla a través de 2 vías:
- La de tu propia experiencia: amor propio, confianza en ti misma, autoaceptación.
- La de la experiencia ajena: la opinión externa sobre ti, tu condición social o tu reputación.
La necesidad de reconocimiento insatisfecha genera inseguridad, vergüenza, culpa, sensación de inferioridad…
Y si no sabes satisfacerla por ti misma, dependerás del reflejo que te devuelvan los demás, es decir, de la aprobación externa.
O lo que es lo mismo, solo te vas a creer valiosa y aceptable si te lo confirman desde fuera, así que te vas a esforzar mucho por que eso pase.
La búsqueda de aprobación externa es un mecanismo para cubrir la necesidad de reconocimiento
a través de la validación de nuestro entorno.
2. ¿Porqué engancha la búsqueda de aprobación externa?
Casi todo lo que activa los sistemas de recompensa de tu cerebro puede convertirse en una droga, con el consiguiente subidón de obtenerla y el bajón de acabarla.
La necesidad de aprobación externa no es una excepción. Si sientes mucha satisfacción en su presencia y gran malestar en su ausencia, harás todo lo posible por conseguirla, inconsciente de los problemas que te acarrea.
Necesitamos a los demás, somos por naturaleza interdependientes, pero lo que no necesitamos es que:
- → Sus opiniones dirijan el curso de nuestra vida.
- → Su criterio valga más que el nuestro
- → Sus ojos evalúen nuestra belleza.
- → Se mida nuestra capacidad comparándola con la ajena.
- → Negarnos lo que deseamos para que no se disgusten con nosotras.
- → Ser esclavas de las apariencias.
No, ninguna de estas fórmulas es conocida por aportar bienestar duradero.
Cada vez más gente se está dando cuenta de que no son sostenibles y sí muy desgastantes.
Párate un momento y piensa, si hoy fuera tu último día viva, ¿qué desearías haber hecho diferente?
En esa misma pregunta basó Bronnie Ware, enfermera de cuidados paliativos, sus investigaciones con personas en estado terminal. Descubrió que, la mayoría, respondía lo mismo.
“Me gustaría haber sido fiel a mí misma y vivir la vida que yo quería, no la que otros esperaban de mí”
No es casualidad que tantas personas coincidan en este arrepentimiento, más bien es una cuestión cultural. A las anteriores generaciones se les inculcó la búsqueda de aprobación externa como un dogma.
Matrimonios por conveniencia, vocaciones truncadas, secretos de familia…Seguro que te suena, probablemente solo tengas que mirar atrás en tu árbol genealógico para comprobar los conflictos causados por este adoctrinamiento.
Por suerte ya no vivimos en ese mundo. O puede que sí, pero ahora hay alternativas. Nunca antes habíamos tenido tanta libertad y oportunidades.
No sé tú, pero yo creo que nos toca aprender de la experiencia de nuestros mayores y parar esta cadena. Soltar el enganche con la búsqueda de aprobación externa y recuperar nuestro poder personal para construir una vida a nuestra medida.
3. ¿Cómo te sabotea la búsqueda de aprobación externa?
Imagina un iceberg. En la parte visible estaría la búsqueda de aprobación externa. En la base, en lo profundo, la necesidad de reconocimiento no cubierta.
¿Y lo que queda en el medio? Mecanismos saboteadores que nos enredan y nos dirigen a lo superficial, conseguir la ansiada aprobación, alejándonos del problema de raíz y, por lo tanto, de su solución, lograr el reconocimiento cultivando nuestro amor propio.
Algunos de estos mecanismos de autosabotaje son:
- Rol de víctima
Vivir dominada por la búsqueda de aprobación externa te aleja de tu poder personal y te puede anclar al rol de víctima, una posición en la que todo son quejas y en la que nos creemos que no podemos hacer nada para mejorar nuestras circunstancias, más allá que esperar a que se arreglen solas o que alguien acuda a salvarnos.
Puede sonar cómodo, pero anclarte en el rol de víctima pasa una factura mayor que la de responsabilizarte de tus decisiones.
- Miedo al fracaso
Quién no arriesga, no gana…pero tampoco se expone al escarnio público.
Si tú no te valoras y no quieres que los demás opinen lo mismo, boicotearás tus oportunidades de evolución y mejora para no correr el riesgo de que te juzguen negativamente.
- Necesidad de control
Buscando la aprobación externa te conviertes en tu jueza más dura, la que tiene todo bajo control…y la que vigila y presiona a los demás para que también lo hagan.
La necesidad de aprobación externa es la cuna de la autoexigencia, como te conté en este artículo.
- Proyecciones
Empujas hacia afuera lo que tú no aceptas, poniéndolo en boca de los demás.
Y aunque te digan lo contrario no te vale, no te lo crees, porque no puedes verlo por ti misma.
Los demás hacen de espejo de tu propio rechazo.
- Miedo a la soledad
Cuando solo sabes valorarte por medio de la aprobación externa temes estar sola, porque ahí la única persona que está para validarte, eres tú.
Si no sabes cómo hacerlo, es fácil que caigas en relaciones de dependencia.
- Envidia y comparación
Miras con envidia a las que son libres de esas ataduras que a ti te queman la piel.
La que disfruta de su cuerpo, la que fluye con sus relaciones, la que parece que no debiera presentarle cuentas a nadie…y cuánto mejor las ves a ellas, peor te sientes contigo misma.
Piensas que hay algo en ellas, que tú no tienes.
Y es verdad, lo hay.
Se llama consciencia. De sí mismas, de su valor, del autocuidado como prioridad en sus vidas.
Algo que también está a tu alcance.
La búsqueda de aprobación externa es una carga muy pesada para llevar en la mochila.
Te apaga, te impide desarrollarte y te niega el disfrute.
Si todavía estás a gusto llevando esta carga y te resulta más cómoda que el miedo a soltarla, no des un paso al frente.
Pero si ya estás un harta de las ampollas que te deja, sigue leyendo.
4. ¿Cómo gestionar la necesidad de aprobación externa?
El trabajo de valorarte y apreciarte a ti misma es solo tuyo, nadie lo puede hacer por ti.
Tal vez puedan ayudarte a ratitos, pero el grueso de esa labor es tuya. Externalizarla mediante la búsqueda de aprobación ajena, te hace un flaco favor.
Pero no te lo vas a creer porque te lo diga yo. De hecho ya lo has escuchado miles de veces.
Si quieres integrarlo de verdad tienes que comprobarlo en tus carnes, en tu autocuidado.
Puedes empezar por alguno de estos 7 recursos que utilizo en consulta para trabajar la búsqueda de aprobación externa.
- 1. Creer que somos responsables de lo que l@s otr@s opinen de nosotras es engañoso.
Olvidamos que cada persona está en su propia película y que no tenemos tanto protagonismo en sus vidas como creemos.
Vemos lo que queremos ver. Si tú temes “decepcionar” a l@s demás vas a estar hiper vigilante buscando pequeños detalles y señales de que le has fallado, magnificándolos y distorsionándolos.
Si quieres saber la opinión del otro, no le leas la mente, no te la inventes y pregunta.
El miedo a lo que te pueda decir exagera el problema para que no te enfrentes a él. Permítete cuestionarlo y ver si es tan grave como pinta en tu cabeza.
Negocia pequeños pasitos contigo misma para hacer estas preguntas y enfrentarte a ese miedo de que te rechacen o abandonen.
- 2. Si no quieres pasar directamente al trabajo de campo, prepárate con este ejercicio.
Siéntate en un ambiente íntimo y seguro, donde tengas un rato para ti y deja salir el miedo. Escríbelo en un papel, y no escatimes en drama, anota su versión más terrorífica
“Si le digo a mi superior que no puedo mantener el ritmo de horas extra que me pide, va a pensar que no soy una buena trabajadora, me despedirá y me hundiré en la miseria”
Léelo en voz alta, siéntelo y luego vuelve al presente. Toma un par de respiraciones y date cuenta de que eso no está pasando ahora mismo.
Recuerda los momentos adversos de tu vida que has superado. Todas las veces que perdiste tu fuerza pensando en posibles catástrofes que nunca se dieron.
Piensa en todas las veces que te has bloqueado por una situación, aparentemente, sin salida y que finalmente se solucionó de manera inesperada.
No te quedes en la teoría, pruébalo, en serio. Es un muy buen ejercicio para escuchar el miedo, darle luz y conectarte con la confianza en ti.
3. céntrate en ti
Nuestro tiempo es limitado, también lo es nuestra energía. Si los inviertes continuamente en intentar complacer opiniones ajenas, estarás desperdiciando tus recursos.
Profundiza en ti misma, gira el foco de tu atención y ponlo sobre ti. Cada una de nosotras tiene un montón de cualidades que nos limitan y otras que nos potencian.
¿Sabes cuáles son las tuyas? ¿Qué tanto te conoces? ¿Qué te permitirías hacer o ser si no necesitaras la aprobación de nadie?
Detectar el mecanismo de la aprobación externa en ti y utilizarlo como una puerta de entrada a tu autoconocimiento puede ser un magnífico punto de partida para mejorar tu relación contigo misma y por lo tanto con el mundo.
4. Cuestiona tus ideas sobre el fracaso
Prueba a flexibilizarlas un pelín y darte un poco de cancha con la autoexigencia. La rigidez en las creencias alimenta la necesidad de aprobación externa.
Personalmente, creo que nuestros fracasos forman parte de nuestros mayores éxitos. O por lo menos la forma en la que los enfrentamos.
Cuando las cosas están en orden y tú te sientes bien es más fácil apreciarse y tratarse bien.
El auténtico reto es aceptarse y ser gentil con una misma cuando hemos metido la pata.
Si ahí eres capaz de ser comprensiva, empática y lamerte las heridas con ternura…entonces no estarás hablando de un fracaso, si no de un gran éxito.
- 5. Las comparaciones
Si estás midiendo tu valor, comparándolo con el de otra persona y eso te duele, y te hace salir a perder, es muy probable que no estés teniendo en cuenta todo el mapa.
Pregúntate entonces:
¿Con quién te estás comparando? ¿Es una comparación justa? ¿Es realista? ¿Las circunstancias de esa persona son las mismas que las tuyas? ¿Tienes toda la información para asegurarlo?
Porque si algo me ha enseñado la experiencia es que sabemos de la misa la mitad.
Te voy a contar un secreto, no eres la única que necesita de la aprobación externa y del reconocimiento ajeno. La mayoría de las personas enseñan solamente la parte de sí que creen que van a ser aceptadas.
Como en la canción de Demi Lovato, I love me:
“Hojeando todas esas revistas, que me dicen quién se supone que debo ser…Soy muy buena en el camuflaje, no puedo ver lo que soy, sólo puedo ver lo que no soy”
Así es, pequeña grulla. Las que crees más guapas también sufren por amor, las que crees más ricas también tienen carencias, las que crees más inteligentes también tienen inseguridades.
De ti depende escoger dónde poner el ojo, en lo que te falta o en lo que sí tienes.
- 6. Practica la presencia plena, permanecer en el aquí y ahora.
Cuando te proyectas en ese futuro horrible dónde crees que vas a ser despreciada y criticada te está robando el tiempo más valioso que tienes, el presente.
Permanecer en el aquí y en el ahora precisa de que estés atenta a tus pensamientos para poder cuestionarlos, con cariño pero con firmeza.
No te voy a engañar, vivir plenamente el momento presente no es algo que se consiga de un día para otro, ni permanece en tu rutina de manera espontánea. Pero es tan beneficioso que cada vez que lo pones en práctica sales ganando.
Y no necesitas 7 años en el Tíbet para comenzar.
Inténtalo ahora. Párate un momento. ¿Qué te está pasando por la cabeza en este instante? ¿Cuál es tu estado emocional? ¿Qué sensaciones notas en tu cuerpo?
- 7. Cultiva la confianza en ti misma:
No hay mejor antídoto para la necesidad de aprobación externa.
Si siempre necesitas que alguien te saque del pozo, que tome tus decisiones o que te haga ver lo bonito que hay en ti…conviértete en esa persona. Así, como mínimo, habrás duplicado tu equipo.
Oye, pero no tienes que hacerlo todo tu sola, esa no es la idea.
Una sólida autoconfianza te ayuda a sentirte segura y comprometida con tu camino.
Ojalá que elijas andarlo con personas que te aprecien y acepten genuinamente, sin necesidad de tener que dirigirlo por ti.
Vaya si trae cola la búsqueda de aprobación externa.
Es agotadora.
Aunque al principio el agua esté un poco fría, zambullirte para descubrir lo que hay bajo la punta de este iceberg puede ser una gran decisión.
¿Cuáles son tus dudas? Te respondo en comentarios ♥
Elijo andarlo con personas que me aprecian… Elijo hacerlo contigo ❤️
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