¿Quién es la persona a la que más cuidas y a la que mejor tratas?
La primera que se te pase por la cabeza será tu persona favorita…y ojalá seas tú.
1. ¿Qué es el amor propio?
Para mí, es la aceptación radical de ti misma. Saber que está bien ser tú y permitirte disfrutar de ello.
Experimentarte desde el amor propio es hacerlo desde un lugar donde:
- Te respetas.
- Te valoras.
- Te aceptas (ojo, aceptarse y conformarse no es lo mismo).
- Te conviertes en tu mejor aliada.
2. Componentes del amor propio
» Autoestima:
El aprecio que sientes por ti misma en función del valor que te das. Es la parte más emocional.
En la cultura occidental moderna, solemos asociar este concepto a la aprobación de nuestro cuerpo, de nuestra belleza.
Pero la autoestima va mucho más allá, abarca cualquier área donde sea importante para ti sentirte valiosa y merecedora.
Formado por el conjunto de opiniones que tienes sobre ti misma. Es la parte más mental.
Culturalmente lo asociamos a qué tan lejos hemos llegado en la vida, al nivel de éxito de nuestra trayectoria. Es importante revisar nuestro significado del éxito, porque medirnos por el rasero social facilita «suspender».
3. ¿Qué es el autocuidado?
Si eres seguidora del crecimiento personal, estarás viendo la palabra autocuidado por todos lados.
Qué gusto que sea tendencia, lo necesitábamos todas. Tanto, que hasta nos permitimos reinventar el concepto y comernos el espacio que debería ir entre auto y cuidado.
El autocuidado es el reflejo del amor propio.
Son las decisiones, hábitos y acciones que promueven tu salud, tu desarrollo y tu bienestar.
Practicas autocuidado cada vez que reconoces tus necesidades, deseos, límites…y tu compromiso contigo misma es gestionarlos con afecto y dedicación.
Quédate con esas 2 palabras claves, compromiso y afecto. Son las que enlazan el autocuidado con el amor propio.
Y ya, si tiramos la casa por la ventana, quédate también con lo que yo creo que es la máxima del autocuidado, «Respeta tu proceso».
4. Psicología del amor propio y del autocuidado.
Qué fácil sería vivir en un mundo que nos alentase a conocernos, querernos y priorizar nuestro autocuidado ¿verdad?
Sin embargo, mi experiencia me dice, que esta es la gran asignatura pendiente de las sociedades modernas.
En consulta, es la parte que más resistencia genera. Siempre les digo a mis clientas:
“Mírate con cariño. Trátate con paciencia, recuerda que estás aprendiendo.
Apóyate a ti misma como lo harías con un cachorrito o un peque al que estuvieras cuidando”
Pero cuesta que entre.
Hasta que no comienzas a trabajar en ti, es mucho más fuerte el patrón de pensamiento que nos llega por todos lados, el de que no somos válidas ni suficientes.
Nos esforzamos para ser buenas hijas, buenas estudiantes, buenas empleadas, buenas compañeras, buenas madres…
¿Y dónde queda el tiempo y la energía para ser buena con una misma, para nuestro autocuidado?
No queda, se consume en tooodo lo demás, en intentar cumplir unas exigencias inalcanzables que limitan y esconden nuestros auténticos talentos.
He comprobado que, independientemente del tema que te lleve a terapia, la falta de amor propio es la causa de muchos de los conflictos psicológicos.
Incluso de los de esas personas que ves tan completas y seguras de sí mismas.
Sí, sí, esas personas con las que te comparas saliendo siempre a perder.
Cada una tiene su coraza y es difícil ver a través de ella. La construímos para defendernos del dolor.
Si no reconocemos el dolor, este no puede completar su función, que paradójicamente es la de sanarte.
Cuando cultivas tu amor propio y tus hábitos de autocuidado, aprendes a aceptar que el dolor es parte de la vida. Y que no prestarle atención, evadirlo y hacer como que no está ahí no lo va a hacer desaparecer. Al contrario, lo convierte en sufrimiento.
Aprendes que no vas a poder evitar el dolor, pero parte del sufrimiento sí.
5. Relación entre autoconocimiento, amor propio y autocuidado
El amor propio sigue el mismo curso que todos los grandes amores.
Empieza con curiosidad, quieres saberlo todo, conocer de dónde viene, a dónde va, a qué dedica el tiempo libre.
Van encajando las piezas: la comprensión, el cariño, la aceptación de su personalidad…love is in the air…
Se completa con el compromiso de preservar al ser amado. Porque, › «El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide…«
AUTOCONOCIMIENTO
La relación contigo misma es la más duradera que vas a tener, › tienes toda una vida para conocerte.
AMOR PROPIO.
Igual que querer a otro conlleva compromiso y responsabilidad, también es necesario asumirlo para quererte a ti misma. En las duras y en las maduras. De ti depende que sea un amor bonito o uno autodestructivo.
AUTOCUIDADO
Responsabilizarte de tu autocuidado, de proveerte y sostenerte emocionalmente, te puede hacer sentir vulnerable, porque va a contracorriente de todo lo que te han enseñado.
Quizás te da la sensación de que hace tambalear las estructuras que te mantienen segura, cómoda y aceptada por tu clan.
Pero nada más lejos de la verdad. El autocuidado no trata de romper con todo, de ser egoísta y pensar solo en ti.
Se trata de darte el permiso de ser quién genuinamente eres, aceptando tu luz y tu sombra.
Y cuándo tú te das amor del bueno, también lo compartes con los demás y tus relaciones se vuelven más sinceras y equilibradas.
Me encanta como lo expresó › Charles Chaplin:
«Cuando amé de verdad,
comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:
personas, situaciones y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo.
De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama…amor propio.»
6. Comienza a cultivar tu amor propio y autocuidado
⇒ Fíjate en cómo te hablas a ti misma, en tu diálogo interno.
Si es machacante y despreciativo cuestiónalo, oriéntalo a ser más realista y afectuoso.
Estar presente escuchando tus pensamientos y elegir no creértelos todos, es el gesto de amor propio y autocuidado por excelencia.
Así que decídete ya a mimarlo a través de esos hábitos saludables que te gustan, pero que tanto pospones. Si no, solo lo harás cuando te falle, y el proceso será mucho más abrupto.
Comienza con un primer paso…pero comienza.
⇒ Elije vincularte desde el cariño auténtico.
En lugar de hacerlo desde la búsqueda de aprobación ajena o las relaciones interesadas.
Puede ayudarte › aprender a poner límites personales , tanto para identificar los tuyos como para entender y respetar los de los demás.
Ante todo, no lo olvides, RESPETA TU PROCESO, no existen recetas generales válidas para todas, tienes que encontrar las tuyas.
A veces, necesitamos hacer malabarismos entre las diferentes áreas que nos importan.
Forzar nuestros tiempos es otro modo de maltratarnos y precisamente eso es lo que queremos evitar con el autocuidado. Escúchate con atención y ve ajustando la medida.
¿Por dónde vas a empezar tú? Cuéntamelo en comentarios.
Me encanta, muy inspirador ❤️❤️??
Gracias Phoebe, me alegra que te inspire 😉
Excelente..Muchas gracias
Gracias a ti, por tomarte tu tiempo para darme este feedback 🤗
Muy inspirador ,yo quiero empezar mi autocuidado,me he descuidado mucho. Por estar para los demas y no primeroyo
A cuidar de tu persona favorita, Silvia ❤